viernes, 22 de octubre de 2010

* El enigma de la condición humana alcanza su vértice en presencia de la muerte, pues lo que tortura al hombre no es solamente el dolor y la progresiva disolución de su cuerpo, sino también, y mucho más, el temor de un definitivo aniquilamiento.

* Piensa, entonces, muy bien cuando, guiado por un instinto de su razón, detesta y rechaza la hipótesis de una total ruina y de una definitiva desaparición de su personalidad...