sábado, 21 de mayo de 2011

Love suck`s

Enamorarse apesta. Nunca la felicidad que te da es comparable con el dolor que te causa. Porque las mariposas en la panza, las miradas idiotas y todo el romanticismo hollywoodense sabemos que no dura. Y no siempre, la caída libre es para dos. A veces es para uno o por turnos, o como sea, pero el golpe duele. Y está el miedo al golpe. Porque no es como andar en bicicleta, que mientras más te caes más te acostumbrás y menos te duele. Al contrario. Cada caída duele más. Y no es que haya andado a los porrazos pero, como al mar, les tengo respeto.
Para peor, existe un culto al amor que lo fomenta y lo recomienda. Y está bien, pero cuando miramos alrededor el desamor ocupa más y mejores lugares. En el cine, en la música, en las anécdotas, en los consejos… salvo en la publicidad. Claro, el amor vende más.
El desamor ocupa un lugar fundamental y como expresión artística siempre resulta más productivo que el amor. Punto para el desamor entonces.
Y muchas veces, los enamorados, se alejan de sus amigos. Mientras que los desenamorados se acercan. Otro punto para los del corazón roto. El estado de enamoramiento es movilizante, pero nunca tanto como el de desamoramiento. Uno es la causa y el otro la consecuencia. Como el bien y el mal no pueden existir uno sin el otro. Vaya uno a saber, entonces, en donde está el bien y en donde está el mal.