lunes, 5 de diciembre de 2011

- < Esa plca de bronce, mi consultorio en Viena, el hogar de mi infancia y ahora tambien Bertha siguen siendo lo que son: nada me necesita a mí para su existencia. Yo soy algo incidental, intercambiable. No soy necesario para el drama de Bertha. Nadie es necesario, ni siquiera los protagonistas del drama. Ni yo, ni Durkin, ni los que vendrán después de él . >