Conservar la propia vida es un deber,y además todos tenemos una inmediata inclinación a hacerlo así.Mas,por eso mismo, el cuidado angustioso que la mayor parte de los hombres pone en ellos no tiene un valor interno, y la máxima que rige ese cuidado carece de contenido moral. Conservan su vida en conformidad con el deber, pero no
por deber.En cambio, cuando las adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado a un hombre todo el gusto por la vida, si este infeliz, con ánimo fuerte y sintiendo mas indignación que apocamiento o desaliento, y aun deseando la muerte, conserva su vida sin amarla sólo por deber y no por inclinación o miedo, entonces su máxima sí tiene un contenido moral.
Immanuel Kant