lunes, 1 de octubre de 2012

Las persianas me salvan del hombre
multitud de leyes ajenas
asesinan mi libertad;
ventanas como frontera a sus dioses. 
Libre entre cuatro paredes 
cuatro márgenes de papel 
cuatro gallos de pelea. 

Qué tan sutilmente me alejo 
como en mi tumba acurrucada
arropada por clavos y maderos  
sin la claustrofobia a la tierra, 
sin hormigueo de gusanos.